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viernes, 16 de diciembre de 2016

DEJARSE LLEVAR POR LAS SENSACIONES

DEJARSE LLEVAR POR LAS SENSACIONES

¿Cómo hacer para detener el tiempo, pero a la vez buscar una narrativa que conecte con sus historias lugares tan diferentes? Con esa premisa es que Gonzalo Prados, motivado por su pasión, intentó plasmar en su nueva muestra fotográfica las experiencias vividas a lo largo de cinco años (vitales en lo personal, pero también desde la revolución tecnológica). Son 42 imágenes, todas conectadas por una historia, de dispares rincones del planeta: Londres, París, Marruecos, Palestina, Islas Malvinas, Israel, España, Zimbabwe, Chile, Esteros del Iberá y Sudáfrica. Por eso el nombre de “SENSACIONES DE LA TIERRA”, porque cada uno de las capturas tienen una conexión, y transmiten la pureza de su existencia.

Hacer una muestra fotográfica es mucho más que exhibir fotos; “Sensaciones de la Tierra” es una serie de imágenes logradas entre 2011 y 2015 durante viajes de Gonzalo Prados por el mundo; incluso, los equipos que utilizó ya han pasado de moda (son procesadores viejos), además de que todas las fotos son al natural, sin ningún tipo de retoque digital.

En este delicado trabajo quedan expuestos cinco años de pleno crecimiento creativo, pues el trabajo no sólo es montarlas, sino conlleva una minuciosa tarea de edición y selección. El espectador se conecta inmediatamente con “Sensaciones de la Tierra”, porque es muy fácil descubrir la frescura y encontrar la huella emocional en cada uno de los fotogramas.

 Santiago Roccetti


martes, 5 de julio de 2016

Sensaciones de la Tierra


Sensaciones de la tierra

Con los pies fríos dentro de sus borcegos, algo duros ya, camina un poco más. Chequea su cámara. Mira por el visor, buscando esa foto que se le escapa. Que llega y es suya y después se va. Se transforma en otra para volver a encontrar sus ojos. 
Un día es un hombre en bicicleta. Luego es un caballo refulgente. Más tarde es un niño que pinta su futuro autorretrato. Un futuro q lo espera sentado y con paraguas. Una cuadra tras otra, sus pies la persiguen. Agua, piel, cemento. Los elementos se mezclan en el volcán interminable de su misión. La frente mojada de sudor y lluvia. Hace calor y frío, naranja y azul, blanco y negro. Quiere llegar a donde la noche y el día son uno. Ahí donde termina el río y empieza el cielo. Donde los hombres se encierran para entender. El muro estalla en su retina. Atardece y ella se convierte en un poco de sol que busca refugio en su cámara. Aprieta el disparador para retenerla. Y el juego comienza otra vez… 


Marina Montti













































jueves, 21 de abril de 2016

El Grito Sagrado de Malvinas (Vídeo)

Conocí a Gonzalo Prados una noche en un bar. Lo escuché hablando de las selvas de Perú y me llamó la atención su relato, le puso vida. Desde ese momento, cada vez que lo veía le prestaba más atención. Un hombre simple, humilde y con todas las ganas de conocer el mundo a través de su cámara. Por eso no tuve reparos en darle mi primera entrevista a la revista Anteojos, que él dirigía. Nos sentamos a conversar y se metió de lleno en la piel de mi relato. Cómo, cuándo, dónde. Sus preguntas avanzaban más y más y yo ya sentía en ese momento sus ganas de conocer la isla y la guerra como yo las había visto.

A esa entrevista le siguió un asado en la Asociación de Veteranos de Guerra del partido de San Martín. Gonzalo continuó escuchando más historias de todos mis hermanos de armas y de la vida. De algún modo, uno ya podía ver la lente de su cámara apuntado a Malvinas.

Y se le dio y ahí fue, a documentar los nombres y las historias escuchadas. El cementerio de Darwin, dura imagen para la vista, pero para su lente un punto de inflexión y un principio indemorable: el de dejar retratados a los héroes que entregaron su vida sin pedir nada a cambio. Luego, Pradera de Ganzo (para nosotros V.G.M), los primeros combates duros de las islas, vistos por él desde otro objetivo: el de retratar, ahora sin muertes, los momentos que se vivieron en esos días.

Guiado por nuestras voces y su entusiasmo, la travesía siguió: Monte Kent, Dos Hermanas, Willians, Logndon, Tumbledon, Wirele Rais, Sapper. En el recorrido de todas estas fotos puede verse lo que muchos no conocen: las Islas Malvinas. Pero también puede identificarse un punto de vista diferente, el de recorrerlas pensando en los soldados luchando por retener lo nuestro, metro a metro, hasta llegar al grito de Viva mi Patria en el combate cuerpo a cuerpo.

Así lo vivió con sus compañeros de Rugby sin Fronteras. Los pueden ver a todos juntos, como a nosotros los soldados, hace ya 31 años… ellos también estuvieron en Malvinas, con su amor por la unión y la paz que enarbolan con su cruzada.


Por todo esto, y por el cariño que le tengo a Gonzalo, me enorgullece y me emociona formar parte de este libro.
                                           Claudio Guasardi 

domingo, 31 de enero de 2016

Traful

La naturaleza..Es una amiga que hasta la muerte nunca perderás; y aun cuando mueras, desaparecerás en la naturaleza
                        Tolstoi