Dia 1
El frío violento del fin del mundo nos despierta y el cerro fitz Roy con sus 3441 metros se desnuda con su dominante excelencia, tan roja como nuestra sangre, tan rojos como nuestros ojos rendidos a sus pies. Somos cinco inexpertos en bicicletas persiguiendo el don mas preciado del hombre. La libertad.
Es temprano, pedaleamos 85 km. de asfalto y cuchillas de la Ruta Provincial 23. Los primeros 30 km. los hacemos a un ritmo intenso, quizás por miedo a quedarnos solos ante tanta enormidad. El camino patagonico es una sucesión de grandes llanuras con la Cordillera de los Andes de fondo que nos cautiva, nos intimida, nos motiva.
Al medio día se nos hace imposible seguir por las altas temperaturas. Insistimos pero el sol nos acalambra hasta el instinto. Frenamos extenuados al costado de la ruta. Pedalear, a veces, es la lealtad a lo imposible.
El atardecer nos recupera y el lago Viedma con su azul profundo nos mete a tientas en su universo. En ese instante el cansancio no trabaja. Seguimos hasta encontrarnos con la mítica Ruta Nacional 40, aprovechamos el cruce para hacer algunas fotos y juramos en vos alta, hacerla cueste lo que cueste, alguna vez, desde la Quiaca a Ushuaia.
La 40 es un conjunto desprolijo de rocas y arena. 45 km. el ripio hace las bicicletas mas pesadas. Después de 125 km. llegamos. Las piernas se derrumban y la noche mas estrellada, jamas vista por nuestro ojos, nos encuentra celebrando que seguimos vivos y durmiendo a la intemperie a orillas del río la leona
Día 2
Día 2
Desayunamos café con leche y tostadas en el parador Luz Divina. El parador y el hotel la leona son los dos puntos de civilización que existen entre el Chalten y Calafate.
Retomamos la Ruta nacional 40, pedaleamos 45 km. de ripio en ascenso. El cansancio nos silencia, mantenemos un ritmo lento para dosificar nuestra energía. La aridez es dominante, solo se escucha el temblequeo de las bicicletas y la cabeza empieza a inmortalizar todo lo que uno dejo en Buenos Aires. Pedalear es, por definición, un escape hacia el exterior, pero también es un atajo interior que te lleva a encontrarte con vos mismo. El asfalto nos satisface y la ruta provincial 11 nos enfrenta con el lago argentino que nos estimula con su belleza y el viento, con su cólera, nos demuestra lo vulnerable que somos. Sin duda la Patagonia es un abismo hacia lo salvaje. Pedaleamos 60 km. con la furia del viento, esa que nace en la cordillera y va ganando velocidad en la estepa y se excluye dejando tierra vacía. Soportamos y volvemos a soportar el viento en contra, lo enfrentamos formando un pelotón, rotando la cabeza cada medio minuto, somos gladiadores. Los pocos autos que nos pasan nos animan desde sus ventanillas. Las dificultades en una travesía fortifican el alma, el corazón, la mente y lo que es mejor, consolida la amistad. Llegamos siguiendo la luna a Calafate.
Gonzalo Prados
Increible viaje...Cada vez que iba leyendo el recorrido más veía los enormes glaciales de la magnífica Patagonia...Por un momento he cerrado los ojos y he viajado por esos caminos...Agradecerte de nuevo mostrar tus viajes y expléndidas fotografías desde tu alma y objetivo...cuídate y que sigas haciendo estas maravillas que dan equilibrio al espíritu...Saludos desde mi tierra.
ResponderEliminarQue buen relato....y la foto de la llama ahi sola, me encantó!!! seguro te vio pasar en la bici!!
ResponderEliminarQUE BUEN RELATOOO!!!!! Te felicito por animarte a tan magnifica aventura y por dejarnos tus palabras. Algún día me comprare un Bicicleta y me iré a los glaciares del sur. Gracias muchas gracias por tu relato
ResponderEliminarLeandro de Bella Vista
Me quede fascinada entre el relato y las imagenes....me encanto!
ResponderEliminarExcelente relato. Es un tramo que tengo ganas de hacer. Me alegra que se pueda en dos días, me incentiva a hacerlo en alguno que otro fin de semana largo.
ResponderEliminar¿En qué época del año lo hicieron?
Como andas Leonel todo bien? Lo hicimos en febrero. La travesia arranco en el chalten da ahí fuimos a laguna del desierto, de ahí volvimos al chalten y salimos para Luz divina, después para calafate y en dos días a Río Gallegos. Tremenda travesía en bike, hay que llevar bolsa de menos 10 grados porque de noche baja mucho la temperatura. Saludos
ResponderEliminarGonzalo
Desde años quiero visitar Argentina! Gracias por estas maravillosas fotos y por el relato que me enamoran aún mas de este maravilloso pais!
ResponderEliminarImpecable!!! el don de la palabra y la imagen!!!! un relato sin fisuras!
ResponderEliminarSigo postergando este viaje, y tus fotogramas me hacen ir a este lugar sin moverme de casa, ya iré... mientras sigo viajando en tu blog, muy buenas Gonza
ResponderEliminaresto es muy lindo se que costo mucho pero me gusto hay tres cosas que quiero decir una difícil, la segundo
ResponderEliminarcansadora y por ultimo la tercera entretenida ya les aviso
que mi papá es el que se esfuerza muchísimo por eso es el mejor del mundo de los fotografos y claro mi papa
de carmin prados triulzi
Gracias x compartir esta aventura con tus fotos y tus palabras, un desafío seguramente emocionante que, ojala, algún día pueda realizar. Simplemente...GRACIAS GONZA!! "...la cabeza empieza a inmortalizar todo lo que uno dejo en Buenos Aires" EXCELENTE!!
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