Corría el año 1999 yo estaba trabajando en un
proyecto fotográfico sobre la Ruta Maya. Estaba en Palenque, en el estado de
Chiapas, México. Palenque es un yacimiento arqueológico Maya. Antes de la
conquista española se llamaba Otolum que significa tierra de casas fuertes, de
ahí Palenque (palabra proveniente del catalán palenc) ya había fotografiado
varias ruinas: Tulum, Chiche Itzá y Uxmal, me faltaban Tikal (Guatemala) y
Copan (honduras). Días antes había leído que un fotógrafo Francés, Mar Jacob se
había metido en la Selva Lacandona y se había perdido en busca de la guerrilla
de EZLN. Me acuerdo que esa nota la leí y automáticamente quise ir detrás del
fotógrafo, me tomé un ómnibus hacia Nueva Palestina corazón de la Selva
Lacandona, esos colectivos llenos de indígenas. Que lo usan de carga: Gallinas,
chanchos, huevos, verduras y en los asientos de dos se sientan 4. Me acuerdo
que un flaco durante media hora me decía en voz baja y en la nuca y a cada
segundo Fuck you gringo, hasta que me di vuelta y en castellano le dije que era
argentino y se calló. Yo quería fotografiar a subcomandante Marcos, quería esa
foto, esa adrenalina que te da la cámara colgada al cuello, que te hace perder
el miedo. Pero lo que no sabía es que el Ejército Mexicano tenía sitiado
toda la Selva. A 60 km o más de Chacala en medio de la Selva una
tenaza de Militares y para militares bien armados nos detiene y a empujones nos bajaron. Mientras revisarán
los bolsos. Nos tenían tirados en el piso boca abajo: niños
ancianos y hasta embarazadas; todos éramos guerrilleros hasta que
demostremos lo contrario. Me acuerdo que cuando estaba en el piso siento
que me agarran fuerte del pelo y a los gritos: que haces acá pinche
cabron estás loco, mientras yo le gritaba prensa fotógrafo. Si no te
matamos nosotros te matan los del EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional)
y de los pelos me llevo hasta la parte de atrás del camión militar
mientras los otros militares se reían, me sacaron todo: pasaporte y mi equipo fotográfico. Me dejaron ahí casi
dos horas sin ninguna explicación. En ese momento tuve miedo. Hasta que llego
un oficial que me dijo hoy es tu día de
suerte argento, me dio mi cámara y me
subió a otro colectivo que me dejo en
San Juan Chamula. Llegue y llovía fuerte
y hacia frio, entre al primer barito para resguardarme, me tome varios Cafés a la hoya, esos que
vienen con tequila y me puse a escribir en mi diario de viaje, cuando paro la lluvia. Salí a caminar y me encontré con esta pequeña
capilla de Tzotzil. Famosa por que los fieles llevan huevos, gallinas y lo más raro es que llevan pepsicola a sus
santos, dicen que la pepsi los hace eructar. Quise fotografiarla por dentro y
un señor mayor muy bajito, que después me entere que era el guardia del
lugar, me empezó a querer pegar con un
palo de escoba. Me escape y no quise mas problemas. Hice esta
fotografía y busque un lugar para dormir.
sábado, 21 de abril de 2018
Película Sensible en Cuba
Gonzalo Prados
La Escuelita 173
Hay lugares donde uno no quiere irse jamas, y uno de esos lugares, es la escuela rural 173 perdida en el Cerro Lopez, en la Provincia de Misiones. Un paraíso. La gente ahí vive de la tierra y como puede. Cada vez volvía llevaba útiles, ropa, zapatillas, comida, Libros ect.. La última vez que fui, se complico un poco por las lluvias. Había repartido todo, casa por casa, esas de madera, de ventanas sin vidrio y de piso de tierra, la gente me daba su yuca, sus calabazas, sus papas y si no las aceptaba no me dejaba irme de sus casas. En la última casa arranco la tormenta, lluvia, viento y mas lluvia, mi furgoneta había quedado en la canchita de la escuela. El camino de tierra colorada se volvió un río casi furioso que no nos dejaba movernos. Esa noche me quede en Lo de Don Aurelio y su familia, comí el mejor guiso de mi vida y dormí en su cuarto con todos: Abuela, mamá y papá Aurelio y sus 4 hijos. La lluvia paro a las 4 am. Al día siguiente hicimos un picadito con los chicos de la escuela en la cancha, me acuerdo que uno de ellos o dos se sacaron las zapatillas que les había llevado para no romperlas, jugaron descalzos. Saque la cámara y antes que me hagan el gol obture.
Gonzalo Prados
jueves, 22 de febrero de 2018
El muro de los Lamentos
domingo, 26 de noviembre de 2017
No rendirme
Llego la EOS 1 DX Mark 2 y automáticamente se me viene a la mente mi primer cámara reflex mecánica, me la compro mi viejo, hace 21 años, me acuerdo que me dijo estas seguro que queres ser fotógrafo?. Son esos momentos que se quedan para siempre en el alma, con mi viejo yendo a comprar mi presente. Esa noche no dormí. Ahí empezó esta increíble aventura de detener al tiempo, de ordenar al mundo en un rectángulo, de jugar con cosas que desaparecen para siempre. Gracias a esa primer cámara y a todas las que me fui colgando, viaje y cubrí cosas que nunca hubiese podido hacer sin tener la cámara colgada al cuello: Viví con los Zulues en el valle de las 1000 colinas en África, en tribus reductoras de cabezas en el amazonas, recorrí la patagonia en bicicleta mas de 2600 km, fotografié al guepardo a 90 km por hora con lentes manuales en el Kruguer park, me robaron todo el equipo una noche en Durban, al yaguarete en Misiones, entre en Palestina bajo fuego cruzado, me agarre malaria en Guatemala, dormí en la cárcel donde Mandela estuvo preso, cubrí el mundial de rugby 2015 en Inglaterra, viaje a Malvinas y dormí en las trincheras, preso en Cuba, fotografié al Papa Benedicto y a Diego Maradona, el ramadan en Marrakech, la ruta Maya y la Inca, me baje desde México hasta el Norte de Argentina, los resto de Jorge Luis Borges en Ginebra, hace un mes cubrí la liberación de un aguara guazu uno de los animales mas lindos de Sudamérica. Un gran amigo, Victorino Lopez Menendez, me dice siempre en broma que soy el gran pez. Pero también en este trabajo se esta muy lejos de casa, he perdido cumpleaños, casamientos de amigos y hasta seres queridos. He estado mas de 100 días fuera de casa, sin ver a mi mujer, hijos y a mis viejos, eso es muy duro, y para ellos mucho mas, que siempre me bancan. Una vez me preguntaron cual era mi virtud. Pense y dije: No rendirme, no quedarme en el estado de confort, el espíritu libre no es gratis y de eso se trata, de seguir construyendo fotografías, esas que nos mantienen vivos.
Gonzalo Prados
domingo, 29 de octubre de 2017
Fuego Cruzado en Medio Oriente
Fuego cruzado
Hacía varios día que estábamos entre Israel y palestina, en
ese entonces los servicios secretos de Israel habían matado al segundo líder de
Jamas y eso destapo un fuego cruzado terrible entre ambos países. Estaba
trabajando para una fundación pro Paz, RSF, que estaba organizando un partido
de Rugby entre chicos palestinos e Israelitas.
Lo más difícil no fueron las costumbres alimenticias, ni los idiomas, fueron los 40 segundos que teníamos cada vez
que sonaba la sirena, para encontrar un refugio antes que exploten los misiles,
imagínense jugar a la escondida y tienen 40 segundos para esconderse. Estés donde
estés: En una autopista, un colegio, un hotel,
en la playa o en un bar. 40 segundos para salir corriendo y encontrar algún
bunker que te proteja de la explosión y esperar
media hora o mas ahí adentro con personas llenas de silencios y miedos. Después volver a la realidad sin saber que vas a encontrar.
Me acuerdo una vuelta que viajábamos por una autopista y empezó a sonar la
sirena, todos los autos frenaron de golpe, abrieron sus puertas y se tiraron todos al piso, nosotros nos copiábamos
sin entender nada, se escuchaba la sirena muy fuerte, a esperar que exploten
los misiles y que ninguna esquirla caiga sobre nosotros. Ahí me di cuenta que estaba en una guerra, hay
que aclara que Israel tiene un escudo anti misil, que cada vez que sale un
misil de Palestina a Israel lo interceptan
en el aire y a veces no, pero en Palestina cada Misil que sale de Israel
explota en tierra.
La ultima sirena que vivimos fue en un bar de una playa Tel aviv, me acuerdo que estaba
con mi gran amigo Martin chielli (que lo había conocido un año antes en un bar africano
#mamaafrica pero eso es otra historia para otra foto.) Festejando que habíamos sobrevivido
a una explosión en la embajada de estado Unidos, había explotado un ómnibus y más de 20 personas habías muerto, esa misma
mañana nosotros habíamos pasado por la puerta de la embajada, tomando mate. Pero lo peor fue que en Buenos Aires, se difundieron por
los noticieros de telefe, unos vídeos
donde yo estaba sacando fotos en un ómnibus de Judíos ortodoxos y una imagen satélite mostraba como el ómnibus de
la embajada explotaba. En síntesis, estuve
muerto por 6 o más horas, la diferencia horaria que teníamos desde allá. Mucha gente conocida vio en esas filmaciones
y empezó a llamar a mi mujer y a mi mamá. Lo vi a Gonzalo sacando fotos en un
bondi y el bondi exploto.
Ahí estábamos con el Negro,vivos, en esa
bar tomando, el un Tonic con pepino y yo
una Dark laguer de Goldstar, y de nuevo la sirena ensordecedora, todos del bar salieron corriendo y cuando estábamos cruzando
la avenida, con mi equipo fotográfico a
cuesta corriendo con dificultad le grito al negro que me había olvidado la mochila con la computadora otros lentes, el negro guiñándome el ojo y sonriendo me grito nos vemos en otra vida y volvió
al bar.
Yo encontré un refugio en un resto, a 120 metros del bar y
al negro no lo vi hasta dos horas mas tarde en el Hotel.
No solo estaba vivo, tenía mi mochila y el vaso de Goldstar que ahora uso de lapicero.
No solo estaba vivo, tenía mi mochila y el vaso de Goldstar que ahora uso de lapicero.
Gonzalo Prados
jueves, 12 de octubre de 2017
Trincheras de Malvinas
Hacia dos horas que caminaba por el Monte Radio en las Islas Malvinas en busca de alguna trinchera, quería estar ahí, fotografiarlo todo, transmitir fotográficamente lo que los soldados argentinos habían sentido. Me acuerdo que en un momento se largo a llover fuerte y el frió era insoportable. Al fin, después de trepar totalmente empapado la encontré. Saque fotos de las cosas que iba encontrando: camperas, huesos de ovejas, una especie de parrillita bien argentina, zapatillas flechas, pilas everredy, un cepillo de dientes, un jarrito, algunas balas y unas camas cuchetas hechas con palos de alambrado y sogas. Saque un par de fotos mas y me hice unos mates para calentar mis manos. Había parado de llover y ahí estaba este fotograma, el horizonte y el enemigo invisible. El frió y la noche me hicieron volver, estaba cansado y decidí agarrar el camino mas corto, bajar el monte y cruzar a campo traviesa hasta la ruta, lo que no me di cuenta, hasta que vi el cartel de espalda y en ingles; Peligro campo minado, ya había caminado mas de 300 metros sobre las minas, me agarro tanto miedo, estaba caminado sobre mi muerte. Volví paso a paso recorrido,a cada paso que daba gritaba ahora vuelo, al principio casi llorando. Iba ser el primer civil en morir por pisar una mina personal después de la guerra. Esa noche en la Isla Soledad tuve suerte. #Sensacionesdelatierra
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